viernes, 12 de agosto de 2016

Bienaventuranzas

                      A Miguel Moncada Jaramillo

De algún lugar del universo
ha llegado mi hijo

En el cáliz uterino
fraguó carne y hueso

Con treinta y cuatro semanas
hizo temblar la tierra.

Ahora crece calmo, vigoroso,
cuna, poema, risa.

Pongo las manos al fuego
por cada cabello

Entrego todo el aliento
por los primeros pasos.

Doy fe de su buen nombre
de su condición guerrera.

Tengo la esperanza en vela
y el asombro renaciendo.

Brindo vida por la vida,
siento el sabor de la sangre.

Ahuyento el camino fatal
conjuro bienaventuranzas.

Caigo de rodillas muy lento
y aprendo a temer al llanto

Aprendo a llorar ya viejo
y a nacer cada dos horas.


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