Estos faros en la noche
que se adhieren al camino como lunas
son extensiones relucientes
de nuestros propios huesos.
son la misma carne
y la misma sangre
en otros cauces.
Si existo
es por esas manos abiertas como soles,
por esa verdad brillandome en el pecho,
porque descubro que somos galaxias infinitas
de hormigas y de peces en desorden,
todos buscando el camino de la infancia,
a punto de inventar un juego
donde hagamos goles en el mismo arco.
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