jueves, 3 de enero de 2013

FELIZ Y PRÓSPERO AÑO 2013



Quisiera que este año que viene  fuera bueno para mis amigos,
ya no me desvela tanto el mundo,  esa pelota plástica que rebota
en las clases de geografía cuando el profe duerme.
Los amigos si, porque uno se los encuentra de vez en cuando
-como los buenos libros o las películas que salvan días o momentos-
y uno se alegra cuando sabe que terminan posgrados, o ganan premios, o tienen hijos,
-raro esto de alegrarse con los hijos de los otros-.
Tampoco quisiera que murieran sus seres queridos
como la mamá de Elkin que se fue a principios de diciembre
y la hermana de Nora el veinticuatro, y el padre de Juan en pleno treinta y uno,
y otros lutos..., por quienes dejo un espacio de silencio ………………………………

Y no sigo con la contraria de la vida porque mejor es no nombrarla,
no vaya a ser que se antoje de rondarme ahora que no insulto militares,
ni hago énfasis en las  masacres del Estado colombiano,
ahora que estreno estilo, que escribo mientras acaricio las  nalgas de la novia,
-antes escribía viendo las noticias y pensando en conseguirme una pistola-

Para este año por ejemplo, voy a tratar de que me guste el fútbol,
a lidias  me alegraba cuando el Nacional o el Medellín ganaban copas
porque al ver a la gente por las calles imaginaba que así era la revolución,
ahora creo que celebrar es bueno… así sea el destripar una zancuda contra la pared,
porque no son los zancudos los que joden, son las hembras
que buscan sangre para incubar sus crías y se guían por el sudor de nuestros cuerpos,
eso lo aprendí el año pasado.

Para terminar, reitero que esta nota está llena de buenos sentimientos
y que cuando digo amigos me refiero también a las amigas, que por suerte,
son todas mayorcitas y sabrán diferenciar el bueno del mal sexo,
pues unos buenos deseos de año nuevo deben empezar por esa parte.

A quienes anden solos, y solas, -me enredé con estas cosas por haber diferenciado zancudos de zancudas- les deseo una larga trashumancia de cuerpo en cuerpo y cama en cama y unos guayabos portentosos, de esos donde uno tiene que elegir entre crear obras de arte o suicidarse.
Y a quienes tienen pareja, les deseo que las cuiden, que como diría Witman, “cada átomo del uno, es parte del otro y cantarle es celebrarse”.

La prosperidad que cada uno la defina y ojalá y se le aparezca y no se espante.

Feliz año.


























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