Desde ondas del San Antonio se
transmitieron partidos de futbol, procesiones de la virgen del Carmen, semana
santas, Novenas de aguinaldo y efemérides como la llegada del señor obispo a
Támesis y de todas ellas quedó algún recuerdo.
De los días de fútbol, cuando los
tamesinos asistían en masa al estadio Capitan Alberto Fernandez, llamado así en
memoria de un piloto tamesino, y madrugaban a ver jugar la selección, y hasta
la acompañaban a los clásicos con Jericó, a donde había que ir preparados
porque si ganaban los devolvían a las pedradas. Dicen que cuando volvían les
preguntaban ¿cómo les fue en Jericó? Y que respondían: ganamos pero salimos
derrotados. Es que en los setentas, la palabra derrotar significaba agarrar a
las pedradas.
Y Juan lanas tenía un ayudante con el
que podía transmitir en directo desde el estadio, se llamaba Virgilio Naranjo,
quien era también el pregonero del pueblo, pues cuando eso con un megáfono se
conseguía plata. Para los partidos, don juan controlaba los equipos y
Virgilio describía cada jugada así: La
lleva cisco, se la pasa a Gengo, Gengo a Rosquete, casi la pierde y de rebote
le queda a Bolinillo que cambia de frente buscando a Chiro y Chiro le pega pero
el balón sale justo por el lado donde está Pacho Cuartas.
Valga decir que pacho
Cuartas era una político liberal de la época que no faltaba a los partidos. Y
la gente recuerda las transmisiones del fútbol de Ondas del San Antonio como:
Virgilio rodando y la pelota narrando.
En 1968 Augusto Trujillo Arango (el que
hizo famosos el sermón de las siete palabras) era obispo de Jericó y visitó a
Támesis, y cuentan que Juan lanas transmitió en directo desde el atrio,
mientras se dirigía también por intermedio de un micrófono a la población
congregada en toda la plaza principal; y sabiendo que el obispo estaba entrando
al pueblo por la cuadra que queda en la parte superior del marco de la plaza,
dijo con emoción: Atención, atención, me informan que el señor obispo está
arribando al municipio; en este momento viene justo por encima de la iglesia,
haciendo que todos miraran hacia la cúpula, convencidos de que el señor obispo
caía del cielo.
Y de las transmisiones de la procesión
de la virgen del Carmen, que sale cada 16 de julio desde la vereda la mesa y
que reúne a toda la población, se cuenta que anteriormente don Juan transmitía
desde el volcó del carro del municipio. Para poder transmitir él mismo, Juan
Muñoz pedía la ayuda de su hija Susana, a la única que le confiaba su estudio
de transmisión. Quienes se quedaban en
la casa podían escuchar las conversaciones entre Juan lanas y Susana, que eran,
más o menos así: Aló la Mesa, aló la Mesa, como vamos en estudio, cómo vamos en
estudio, aló la mesa….
Y dicen que en una de esas, una señora
hizo detener la volqueta, y bajar a Juan lanas mientras le gritaba: A usted qué
le importa si yo he estudiado, o estudio o no,
a mí no me siga molestando por esa emisora. Don juan le preguntó y usted
como se llama: Lola Mesa de Naranjo, contesto ella mientras se alejaba.
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